A la sombra de Argos

Manuel Aguirre | «Aqueronte», óleo sobre yute | 115 x 95 cm

 

Jasón vaga por los caminos de Grecia cargando con la maldición que los dioses del Olimpo han puesto sobre su nombre. Ha roto los votos de fidelidad prometidos a Medea y esa ha sido su ruina. Perdió su trono, su fortuna, y sus antiguos amigos no quieren saber nada de él. Atrás quedaron los viajes con los argonautas, hazañas que aún hoy cantan los poetas.

Abrumado por la nostalgia, ya viejo, regresa a Corinto y en ese armazón de huesos cubiertos de harapos que llega a la ciudad, nadie reconoce al héroe que hace algún tiempo entrara por esas mismas puertas, victorioso, con el mágico vellocino de oro como ofrenda.

Va al puerto y busca las ruinas de Argos, su navío, que todavía pastan sobre aquellas aguas. Sentado a su sombra llora recordando los días de gloria. La brisa marina se lleva sus lamentos y antes de que el sol se hunda en el horizonte, la proa del barco se desploma y lo mata.

 


Carlos Castillo Quintero
De: Harem de libros y otros 100 microrelatos

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