Ciudad árabe, 1905 | Wassily Kandinsky


            Wassily deambula por una Ciudad árabe

con un turbante púrpura va, y en su mochila lleva tubos ocre

que retienen la piel de una tunecina.

            El cielo, negro, cae sobre la torre, el faro y los ojos de Wassily:

La torre se erige (aclara su ascendencia babélica) y se pierde

más arriba de la nube que la ronda como una oveja.

El faro ignora a su sombra que se pliega en los techos.

Y los ojos de Wassily son una línea , un rayo blanco, una yegua que gime

entre conos, círculos, dameros...

            Wassily salta de tus labios y sale por la ventana,

                cae,

se sienta en una silla (el ceño fruncido) y se pone a dibujar la

Plaza de San Francisco en una libreta roja.

Wassily está triste porque yo no he visto su Ciudad árabe

la fuente en donde se presiente un jardín

el embozado que trama un crimen

el coche con los ojos de la favorita del Sultán

el oro del comerciante del zoco

y la sombra del profeta... Wassily sabe

que sólo he visto tus labios de muñequita que sabe de Wassily.




Sin el azul del día (poemas)
Carlos Castillo Quintero
Gobernación de Boyacá. Premios CEAB
Tunja. 2008, pp 90.